Lavar el pelo parece una tarea sencilla, pero pequeños gestos repetidos a diario pueden marcar la diferencia entre una melena sana y un cabello apagado o quebradizo. En esta guía 2025 te mostramos los 12 errores más comunes al lavar el pelo y cómo evitarlos, paso a paso.
Antes de entrar en la ducha
Cepillar y desenredar: por qué importa
Cepillar el pelo antes de mojarlo evita que se formen nudos y reduce la rotura durante el lavado. Usa un cepillo de púas flexibles o un peine de dientes anchos. empezando por las puntas y subiendo progresivamente hacia la raíz.

Elegir champú según cuero cabelludo, no solo largo
Uno de los errores más comunes es escoger el champú por el tipo de puntas. En realidad, el champú debe adaptarse al cuero cabelludo (graso, seco, sensible...), mientras que el acondicionador o mascarilla se eligen según las necesidades de medios y puntas.
En la ducha: los fallos más habituales
Agua demasiado caliente
El agua caliente abre la cutícula y elimina los aceites naturales del cuero cabelludo, provocando sequedad y frizz. Lo ideal es lavar con agua tibia y finalizar con un enjuague más fresco para sellar la cutícula.
Exceso de producto o doble champú mal hecho
Aplicar mucho champú no significa limpiar mejor. Usa una cantidad del tamaño de una nuez y, si realizas doble lavado, que el primero sea para retirar residuos y el segundo para limpiar en profundidad, con masaje suave.

Masaje agresivo vs. estimulación correcta
Masajear el cuero cabelludo activa la circulación, pero hacerlo con fuerza o con las uñas puede irritarlo. Utiliza las yemas de los dedos con movimientos circulares suaves durante 1 o 2 minutos.
Aclarado insuficiente
Dejar restos de champú o acondicionador puede causar picores, caspa o falta de brillo. Aclara hasta que el agua salga completamente limpia y sin espuma.
Acondicionador en raíces: cuándo sí y cuándo no
En cabellos finos o con tendencia grasa, evita aplicar acondicionador en la raíz. En cambio, en melenas muy secas o rizadas puedes aplicar una pequeña cantidad desde el cuero cabelludo para hidratar en profundidad.
Después: secado y protección
Toalla: fricción vs.presión y tejidos recomendados
Evita frotar con fuerza e cabello húmedo. En su lugar, presiona suavemente con una toalla de microfibra o una camiseta de algodón para eliminar el exceso de agua sin dañar la fibra capilar.
Termoprotector antes del calor
Nunca uses secador, plancha o rizador sin aplicar un protector térmico. Este paso esencial crea una barrera que reduce la pérdida de hidratación y previene la rotura.

Orden ideal: leave-in, sérums, styling
Después del lavado, sigue este orden:
- Leave-in o acondicionador sin aclarado para desenredar.
- Sérum o aceite ligero en medios y puntas.
- Producto de styling según tu tipo de cabello.
Así, mantendrás hidratación, brillo y forma.
Rutinas por tipo de cabello
Fino y con tendencia grasa
Opta pro champús ligeros, evita los aceites pesados y limita el acondicionador a las puntas. El doble lavado puede ayudar, pero con movimientos suaves y productos equilibrantes.
Seco o dañado
Prioriza productos nutritivos y evita el calor excesivo. Los aceites naturales (argán, jojoba, coco) son aliados perfectos después del lavado.
Rizado/ondulado (método low-poo,co-wash)
Si tu pelo es rizado u ondulado, los sulfatos pueden resecarlo. Prueba el método low-poo o co-wash con limpiadores suaves sin sulfatos y finaliza con productos hidratantaes específicos para rizos.
Checklist rápido para tu próxima ducha
- Cepilla antes de mojar.
- Usa agua tibia.
- Aplica poco producto.
- Masajea con suavidad.
- Aclara a fondo.
- Seca con toalla de microfibra.
- Aplica termoprotector antes del calor.
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FAQs
¿Cada cuánto deberías lavar el pelo?
Depende de tu tipo de cuero cabelludo. En general, cada 2-3 días es suficiente. Si haces deporte o usas muchos productos, puedes lavar con más frecuencia, pero con fórmulas suaves.
¿Es necesario el doble lavado siempre?
No siempre. El doble lavado es útil si usas fijadores, aceites o vives en zonas con contaminación alta. En cabellos secos o finos, puede bastar con un solo lavado para no resecar.


